De acuerdo a la Norma Internacional de Contabilidad – NIC 38 nos dice que un activo es: Es un recurso controlado por la entidad como resultado de sucesos pasados; y del que la entidad espera obtener, en el futuro, beneficios económicos.

Partiendo de esto podemos decir que los activos es todo lo que posee la empresa que puede hacer líquido, es decir puede convertir dinero en el corto, mediano y largo plazo, partiendo de esta premisa los activos se suelen definir en corrientes y no corrientes, para entenderlo mejor vamos a hacer mención de acuerdo a la Norma Internacional de Información Financiera.

La NIIF 5 nos dice que un activo corriente es: (a) se espera realizar, o se pretende vender o consumir, en el transcurso del ciclo normal de la explotación de la entidad; (b) se mantiene fundamentalmente con fines de negociación; (c) se espera realizar dentro del periodo de los doce meses posteriores a la fecha de balance; o (d) se trata de efectivo u otro medio equivalente al efectivo, salvo que su utilización esté restringida y no pueda ser intercambiado ni utilizado para cancelar un pasivo por un periodo mínimo de doce meses después de la fecha de balance.

La NIIF 5 nos dice que un activo no corriente es: Un activo que no cumpla la definición de activo corriente.

Por lo anterior NIIF podemos decir que los activos corrientes son aquellos que a partir del registro en el balance pueden hacerse líquidos (dinero efectivo) en los próximos doce meses mientras que los activos no corrientes son aquellos que se pueden hacer efectivos en un periodo mayor a los doce meses.